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El retorno a la democracia - Cap3: León Febres-Cordero, un caudillo en el poder

  • Foto del escritor: politicajovenec
    politicajovenec
  • 30 jun 2020
  • 10 Min. de lectura

Fue el político más controversial por más de 40 años en el país. Su fuerza política fue impresionante, a tal nivel de incluso llegarlo a considerar como “el dueño del país”, y hasta el día de hoy sigue generando nostalgia entre sus seguidores, y también sus detractores lo siguen teniendo en mente. León Febres-Cordero ha dejado una huella imborrable en la historia política de nuestro país, sea por su accionar como Presidente o como Alcalde. Primero, conozcamos un poco más sobre este personaje importante en la vida republicana del Ecuador desde la etapa del retorno a la democracia.


León Esteban Febres-Cordero Ribadeneyra nació en Guayaquil, el 9 de marzo de 1931. Fue el sexto de siete hermanos. Sus estudios los cursó en el Colegio Salesiano Cristóbal Colón, y a los 16 años completó la secundaria en Estados Unidos. Obtuvo el título de Ingeniero Mecánico en el Stevens Institute of Technology, en Hoboken (Nueva Jersey) y a su regreso al país trabajó como ejecutivo en importantes empresas del país, como Cervecería Nacional, la Empresa Eléctrica de Guayaquil, Papelería Nacional, entre otras. También laboró en Industrial Molinera, del empresario Luis Noboa Naranjo. Se casó en dos ocasiones, la primera en 1954 con María Eugenia Cordovez, con quien tuvo cuatro hijas. Se divorció en 1988, y meses después contrajo matrimonio con Cruz María Massuh, el cual duró hasta el 2008. También se conoció a Febres-Cordero por su pasión por los caballos y por las pistolas.


La carrera política de León inició a mediados de la década de los 60, cuando fue designado como asambleísta constituyente entre 1966 y 1967, en representación del sector industrial de la Costa. En 1968 nuevamente regresó al poder legislativo, esta vez como senador. Permaneció allí hasta 1970, año en que José María Velasco Ibarra se declaró dictador y asumió todos los poderes del Estado. En 1973 fue detenido por órdenes de la dictadura militar de Guillermo Rodríguez Lara, al desacatar que gire una serie de cheques para el gobierno desde la empresa bananera de Luis Noboa, donde se encontraba trabajando. Permaneció 93 días en prisión.


Regresa al legislativo en 1978 bajo el auspicio del Partido Social Cristiano, del cual años después se convertiría en su máximo líder y figura icónica. Desde el Congreso Nacional, se convirtió en una de las principales figuras de oposición al gobierno de Jaime Roldós Aguilera, y después el de Osvaldo Hurtado. Una de sus acciones frente al legislativo fue llevar a juicio político al entonces ministro de Gobierno, Carlos Feraud Blum, por anomalías en la importación de juguetes que estaban destinados a los hijos de la fuerza policial, con un costo de 6,7 millones de sucres. El juicio político llevó a la destitución de Feraud de su cargo, en septiembre de 1981. El cuestionamiento y posterior destitución o encarcelamiento de altos mandos del Gobierno fue, poco a poco, catapultando la carrera de Febres-Cordero a una candidatura presidencial.



Para inicios de 1984, Febres-Cordero participó en la contienda presidencial en binomio con Blasco Peñaherrera, y logró pasar a segunda vuelta frente al representante de la Izquierda Democrática, Rodrigo Borja, con quien por años mantuvo una fuerte y marcada rivalidad. Quién no recuerda el famoso debate presidencial del 29 de abril de 1984, donde León y Borja estuvieron enfrentados, que inclusive, el Clásico del Astillero que se jugó el mismo día, tuvo que ser adelantado media hora, para que la gente pudiera llegar a sus casas a ver el debate.



Su manejo de la palabra en el debate hizo que Febres-Cordero logre ganar la segunda vuelta presidencial con gran ventaja sobre Borja. Su eslogan de campaña “Pan, techo y empleo”, el cual fue el eje de su campaña electoral, también influyó al momento de las elecciones. León Febres-Cordero se posesionó el 10 de agosto de 1984, y desde su inicio vivió una serie de confrontaciones con el Congreso. Llegó a gobernar a través de varios decretos económicos urgentes para contrarrestar, en parte, la crisis económica del país.


A raíz de las medidas adoptadas, no subió el sueldo de los servidores públicos. A pesar de estas medidas, logró hacer que la economía del país creciera entre un 3 y un 4% durante sus primeros dos años de gobierno, y logró que hasta el final de su mandato las exportaciones no petroleras crecieran de 600 millones de dólares, a cerca de 1800 millones de dólares en 1988. El primer año de su gobierno también estuvo marcado por la visita del Papa Juan Pablo II, en enero de 1985.


Su plan económico se vio obligado a ser restructurado, cuando en 1987 un

terremoto destruyó el principal oleoducto de petróleo del país, y el sector petrolero se vio obligado a paralizar sus actividades por varios meses. Sin embargo, no fue impedimento para que León realizara varias obras en su gobierno. En el aspecto vial una de sus principales obras fue la construcción de la Vía Perimetral, la cual une a Guayaquil con el cantón Daule, y que en la actualidad dicha vía lleva su nombre como un homenaje póstumo. También construyó la vía Ibarra – San Lorenzo, y se dedicó a la reparación de varias vías a nivel nacional.


Fue un pilar para la construcción de varios escenarios deportivos, a través de la Unidad Ejecutora del Deporte. Importantes estadios como el Estadio Olímpico de Ibarra, el Reales Tamarindos de Portoviejo, y el Estadio Monumental de Guayaquil, el cual alberga a Barcelona Sporting Club, fueron construidos a través de iniciativa gubernamental, o de aportes junto con la empresa privada. También aportó al desarrollo de la cultura ecuatoriana, a través de la creación del Fondo Nacional de la Cultura, integrado por el 15% de los fondos que el Banco Central del Ecuador entregaba para la realización de eventos culturales, y también aportó a otras instituciones como la Casa de la Cultura Ecuatoriana.


En el aspecto de salud, el gobierno socialcristiano se encargó de la construcción de los hospitales del IESS en Tena y el Civil de Ibarra, además del hospital pediátrico Baca Ortiz, en Quito. También construyó alrededor del país varios centros y subcentros de salud, y a través del Ministerio de Salud Pública, implementó un programa de atención médica y de entrega de medicinas gratuitas a niños menores de 5 años.


A pesar de estos aspectos que caracterizaron al gobierno de León Febres-Cordero, las constantes críticas por el irrespeto a las leyes, los casos de corrupción y la violación a los derechos humanos también se hicieron presentes. Febres-Cordero tuvo que lidiar con el miedo del terrorismo perpetuado por el grupo guerrillero Alfaro Vive Carajo (AVC) en todo el país. En 1985, dicha guerrilla secuestró al banquero Nahím Isaías Barquet. Febres-Cordero lideró el intento de rescate en donde terminaron muertos los guerrilleros, y el propio Isaías. Desde ese entonces, la lucha principal del gobierno de León fue contra el terrorismo.



Febres-Cordero llegaba a actuar, por impulso, en contra de la ley. Una de las muestras claras en su gobierno fue rodear la Corte Suprema de Justicia con tanques de guerra, para impedir que el nuevo presidente del organismo tomara posesión del cargo, aduciendo que su nombramiento era “ilegal”. Los enfrentamientos con el Congreso fueron intensos, al grado de desobedecer sus dictámenes. El más conocido, cuando el Congreso destituyó al ministro de gobierno Luis Robles Plaza, pero Febres-Cordero lo mantuvo en su cargo por seis meses más.


Las desapariciones también marcaron las denuncias de violación contra los derechos humanos. Casos como la desaparición de los hermanos Restrepo Arismendi por parte de elementos policiales, y la tortura, violación y ejecución de la profesora Consuelo Benavides, por parte de miembros de la Fuerza Naval, mantuvieron al régimen en el ojo del huracán, y se presume que durante su régimen se crearon “escuadrones de la muerte” que se dedicaron a aplicar severos castigos, justificando la lucha contra el terrorismo en el país.


En 2008, el gobierno de Rafael Correa decide crear una Comisión de la verdad, dedicada a investigar estos crímenes. En 2013 esta comisión llegó a la conclusión que durante el gobierno de Febres-Cordero ocurrieron crímenes de lesa humanidad, comprobándose que existen indicios de que ocurrieron desapariciones forzadas, tortura, arrestos y detenciones arbitrarias y violencia sexual en contra de supuestos miembros de AVC, ante lo cual la Fiscalía llamó a juicio a varios miembros de la cúpula de las Fuerzas Armadas de la época y jefes de la policía.



En 1986, el entonces Comandante General de las Fuerzas Armadas, Frank Vargas Pazzos, quien fue su compadre, acusó al entonces ministro de Defensa, Luis Piñeiro, por sobreprecios en la compra de un avión Fokker F-28 para uso de TAME. A pesar de que se investigaron los hechos, se determinó que no existieron irregularidades en ello, aunque existía un informe de la Contraloría General del Estado que estableció glosas por 200 millones de sucres. Esto motivó a que Vargas se rebele contra el gobierno y se tome las bases aéreas de Manta y de Quito, para después finalmente ser detenido en marzo del mismo año.


A inicios de 1987 estallaría el capítulo más negro del gobierno de León Febres-Cordero, cuando el 16 de enero de aquel año, León Febres-Cordero fue secuestrado por un grupo de comandos que respaldaban a Frank Vargas Pazzos en la Base Aérea de Taura. El motivo principal del secuestro fue exigir la liberación de Vargas, quien había recibido amnistía por parte del Congreso. Fueron más de 12 horas de tensión que terminaron una vez que Febres-Cordero firmó el acta de liberación de Vargas, y él y su comitiva pudieron salir libres. El Congreso pretendió enjuiciarlo y destituirlo a raíz de este hecho, pero no tuvo efecto. La última vez que León Febres-Cordero y Frank Vargas Pazzos tuvieron contacto fue en diciembre del 2008, cuando Vargas fue a visitar a un León que se encontraba en su lecho de muerte.



Cerró su mandato en 1988 con un régimen debilitado, con el distanciamiento de su vicepresidente Blasco Peñaherrera, y con una inflación que llegó al 58%. Hubo un desmesurado gasto público por parte del régimen y tras el terremoto de 1987 que destruyó el oleoducto, el PIB cayó en un 6%. En 1989, durante el gobierno de su eterno rival Rodrigo Borja, Febres-Cordero fue acusado de un pago injustificado por 150 mil dólares al experto israelita Ram Gazit, finalmente fue sobreseído en 1990.


El amor que Febres-Cordero le tuvo a su amada Guayaquil motivó a que se presente como candidato a la Alcaldía en 1992. Ganó con más del 65% de los votos, para posesionarse el 10 de agosto de 1992. Si en su presidencia hubo críticas y polémicas, durante su Alcaldía ocurrió todo lo contrario, pues abundan los halagos. Febres-Cordero se hizo cargo de una ciudad sumida en la destrucción y en la miseria, tras las deplorables alcaldías de los hermanos roldosistas Abdalá y Elsa Bucaram, durante la década de los 80. León cerró por varias semanas el Municipio y mandó a remodelar el palacio municipal, al cual consideró como “un nido de ratas” cuando asumió el poder.


En su alcaldía se encargó de la transformación del ornato de la ciudad, construyó sistemas de pasos elevados para descongestionar el tránsito vehicular y mejorar la vialidad de la ciudad, además la construcción de mercados, la legalización de tierras para 80 mil familias en invasiones, la regeneración en la avenida Pedro Pablo Gómez, y mejoras al sistema de recolección de basura de la ciudad, que en la década de los 80 mantuvo a Guayaquil en una crisis sanitaria y de higiene, caracterizaron su mandato.



Las grandes acciones que realizó por su amada Guayaquil le permitieron reelegirse cómodamente en 1996, arrasando con más del 60% de los votos frente al entonces candidato del PRE, Alfredo Adum. En su segunda administración mantuvo el mismo esquema de regeneración urbana de Guayaquil, sumando la construcción de lo que serían las bases del actual Malecón 2000, y priorizando las alianzas público-privadas para la gestión de las entidades municipales, modelo que le ha dado éxito y que, hasta la fecha, lo conservaron sus sucesores Jaime Nebot y Cynthia Viteri, también socialcristianos. Con este segundo período llegó a gobernar hasta el 10 de agosto del 2000, entregando la posta a quien fuera su Gobernador en Guayas durante su presidencia, Jaime Nebot, quien continuó con la regeneración urbana de Guayaquil por más de 19 años, hasta el 2019, y actualmente es el líder del PSC.


La vida política de León no había terminado, y en 2002 se presenta como candidato a diputado, quedando electo y en funciones entre 2003 y 2007. Asistió pocas ocasiones al Congreso, pues aquel fuerte León que se vio durante su vida política empezaba a tener deterioros en su salud. Desde 1993 empezó a tener dificultades, empezando por extraerle un cáncer en la vejiga. Después, se sometió a una cirugía de corazón abierto para colocarle 3 “by-pass” coronarios para tratar las arterias obstruidas.


Padecía diabetes, y a causa de ello sufrió un glaucoma, desprendimiento de retina y cataratas, y perdió la visión del ojo derecho. Su globo ocular fue reemplazado por una prótesis en el 2005. En 1998 sufrió una isquemia, que lo llevó a ser operado de la arteria carótida izquierda, y en el 2007 se sometió a una operación en la pierna derecha por un problema cardiovascular.


Finalmente, en el 2008 llegó un cáncer de pulmón en estado avanzado, pues recordemos que siempre tuvo una preferencia por el cigarrillo, y recibió sesiones de radioterapia. Finalmente, el cáncer y un enfisema pulmonar causaron que el León deje de rugir. León Febres-Cordero falleció en la tarde del 15 de diciembre de 2008 en la clínica Guayaquil. Sus restos fueron velados en la Catedral de Guayaquil donde familiares, amigos, coidearios, autoridades y simpatizantes acudieron a darle un multitudinario último adiós al político más influyente del país. El exmandatario descansa en el Cementerio Parques de la Paz en la parroquia La Aurora, del cantón Daule.



En el 2009, la Alcaldía de Guayaquil decidió rendirle un homenaje por medio de la colocación de un busto en su honor en el Fortín del Barrio Las Peñas. Sin embargo, en 2011 surgió la polémica con el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, ya que consideraba a dicho sector como un sector patrimonial. A pesar de las acciones de protección interpuestas por colectivos afines al régimen correísta, el alcalde Nebot colocó en dicho lugar un obelisco temporal en memoria a Febres-Cordero, para finalmente en 2014, colocar la escultura de bronce, elaborada por el español Víctor Ochoa y con un peso de 300 mil toneladas, en la intersección de las calles Malecón Simón Bolívar y Sucre, delimitando el sector sur del Paseo León Febres-Cordero del Malecón 2000.


Se entiende por caudillo a “una persona que guía y manda a un grupo de personas, especialmente a un ejército o gente armada” y sin duda alguna, dicha palabra ejemplifica a León Febres-Cordero, quien a través de sus acciones, logró ganarse el cariño de muchos, el repudio de otros y el respeto de otros cuantos. Su partida marcó el fin de una era y el inicio de otra. Muchas generaciones recordarán, y otras, conocerán de este líder polémico, altivo, de grandes odios, y de grandes amores.

 
 
 

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